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Romance de Abenámar

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1.       ¿Cómo aparece caracterizada la ciudad de Granada en este romance? ¿Cómo se llama ese recurso?
La ciudad aparece caracterizada como una mujer. El recurso es personificación
2.       El romance se inicia in media res. ¿Qué crees que esto quiere decir?
a)      Que nos cuenta solo la mitad de la historia.
b)      Que empieza a contar los hechos sin previa introducción. X
c)       Que deja la historia a medio terminar.


La aparición del narrador es muy habitual en los romances para mostrar los hechos como si el público que los escucha los estuviese viendo.



3.       ¿Puedes señalar los versos en los que se manifiesta la voz del narrador y la intención?
Para dar pie a cada una de las partes el narrador utiliza la fórmula de introducción al diálogo de origen épico con la que anuncia la siguiente intervención y se dirige a los oyentes:
 Allí respondiera el moro,
 Bien oiréis lo que diría: (versos 9-10)
 Allí habló el rey don Juan
 Bien oiréis lo que decía: (versos 37-38)

Otro rasgo característico de los romances es la alternancia de tiempos verbales, que, en muchas ocasiones,  se emplean de forma anárquica.



4.       Señala los distintos tiempos verbales que aparecen en el texto.
Presente: nace, debe, soy, agradezco, son, labra, es, tiene.
Presente de subjuntivo: cueste
Pretérito indefinido: naciste
Pretérito imperfecto: había, estaba, decía, relucían, era, labraba, perdía, tenía, quería.
Pretérito imperfecto de subjuntivo: respondiera, dijese, quisieses.
Futuro: oiréis, diré.
Imperativo: pregunta, darete

Condicional: diría, casaría  

Conclusión

Los Romances son poemas cantados, tradicionales, anónimos y más bien populares, que se transmitían oralmente de pueblo en pueblo. El Romance de Abenámar es una de las composiciones más destacadas del Romancero Viejo. Es un romance fronterizo, histórico, a pesar de eso, destaca por su calidad y su fuerza poética. Son justamente estos elementos dramáticos y líricos los que alejan al Romancero del estilo de la épica y dotan a romances con gran fuerza expresiva.
Contenido
      El Romance de Abenámar es uno de los más importantes del Romancero Viejo, de los más conocidos. Este romance tiene un principio in media res, rasgo que es muy habitual en el romancero, consiste en empezar a explicar los hechos por la mitad de la historia, no vemos ninguna introducción sobre lo que va a tratar el poema. Nos habla sobre el deseo del rey Juan II de España de incorporar Granada a su reino. Este deseo se muestra a través de dos diálogos del rey con el moro Abenámar y del rey con la ciudad de Granada respectivamente. Granada aparece personificada y convertida metafóricamente en una mujer, con la que supuestamente se quiere casar el rey.
      En el primer diálogo, el rey quiere conocer las riquezas de la ciudad admirada, y para eso invita a Abenámar a decirle la verdad. Éste le responde con una descripción  de las mayores grandezas de Granada. Le habla de la Alhambra, de la mezquita, de los Alixares… Ya en este primer diálogo podemos observar el gran interés del rey por la ciudad de Granada; pero se verá sobre todo al final del poema, cada vez se hace más fuerte y expresivo su deseo.
      En el segundo diálogo, el rey le propone a Granada que se “case” con él, ya sea en el sentido literal de boda entre hombre y mujer, como en el sentido metafórico entre el reino de España y la ciudad: quiere que se incorpore a su reinado. La “mujer” no rechaza al rey don Juan, ni tampoco acepta la propuesta, solamente responde que ya está casada con un rey árabe, aunque no dice que ella lo quiera, solo constata el gran amor que él siente por ella.
Estructura
En el comienzo, el poema empieza a contar los hechos por la mitad de la historia. No hay una previa situación en el tiempo y en el espacio.
El Romance de Abenámar tampoco presenta un desenlace, es una historia abierta, sin continuación definida. Podríamos decir que el romance presenta solamente la parte intermedia de una narración: el nudo o el desarrollo de los hechos.
      Podemos dividir el romance en dos partes que corresponden a los diálogos:
La primera parte consiste en el diálogo entre el rey y Abenámar y coincide con los versos 1-36 del poema. Así mismo, esta parte también consta de dos momentos diferenciados: la cortés exhortación del rey a Abenámar a responder a su pregunta con veracidad, cosa que el moro promete cumplir (tal como afirma en los versos 11-20), y la pregunta del rey respeto a la belleza de la ciudad, pregunta que el moro responde con gran descripción y exaltación.
La segunda parte, en cambio, consiste en un diálogo fantástico y de gran fuerza poética entre el rey y la ciudad de Granada, convertida metafóricamente en una mujer. La expresión del deseo del rey alcanza aquí su máxima intensidad al equipararse con una pasión amorosa. A mesura que avanza va creciendo la emoción, el deseo y los sentimientos.

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